Tregua

Dicen que va a volver a llover, otra vez, pero hoy hemos podido disfrutar de un estupendísimo día de sol en Algeciras que ha hecho que la gente se tire a la calle sin pensárselo (ha ayudado que era fiesta, por supuesto) para cargarse las pilas y recibir el calor del astro rey antes de la siguiente tormenta (la enésima ya este año).
Carlos y yo hemos ido a andar por la playa del Rinconcillo (que todavía tiene un poco de alquitrán del último, o penúltimo, accidente marítimo en la bahía) y nos ha sentado de maravilla.


La playa ha sufrido mucho con los temporales (y lo que le queda) y hay sitios en los que entre los muros de las casas y el agua apenas hay 6 o 7 metros, pero estaba estupenda para pasear y el agua tenía una temperatura perfecta.
(Perfecta si te gusta el agua fresquita, claro, que si te gusta calentorra en plan Matalascañas, pues entonces no, entonces estaba congelada!)


Cuando volvíamos nos hemos cruzado con una cría, de un añito más o menos, monísima, que debía ser la primera vez que tenía conciencia de la playa y el agua y lo estaba flipando corriendo por la orilla. (Por supuesto los padres también iban con ella, no era una niña abandonada andando en solitario por la playa, lo que ya no hubiero sido gracioso o mono sino muy preocupante, pero ellos estaban más comedidamente emocionados, y no iban corriendo, chillando, salpicándose a ellos mismos y riéndose con cada olita que les mojaba los pies).


Hoy, por fin, parecía que vivíamos en el sur de España y no en el norte de UK. Aunque no suelen hacerlo últimamente, espero que los meteorólogos se equivoquen y disfrutemos de este tiempo hasta el otoño que viene, que ya ha llovido bastante, ¡coño!