Very glad to meet them!

El pasado lunes tuve el placer de conocer a, según ellos predican, la mejor banda del planeta: The Bottle Rocket.
No creo que haya una manera mejor de conocer a una banda que en conicerto, porque cuando un grupo es realmente bueno, es realmente bueno en concierto, y no hay mejor música que la música en vivo.


Por eso, a pesar de la fiebre, del dolor de garganta y del mal cuerpo (todo temporal y parcialmente ahuyentado gracias a la química), nos fuimos hacia el Salón de Actos de la Escuela Politécnica de Algeciras y junto a unas 300 personas disfrutamos de un magnífico concierto de rock. Hora y media larga en la que no pararon ni para beber agua. (Aunque para ser fiel a la verdad, el bajista y el baterista no dejaron de beber cerveza. Quizás bebían pequeños sorbos y el resultado final fue una sola lata, no lo sé, pero sí que fueron continuados).
De todas formas, (iba a escribir anyway, porque me estoy llanitanizando por momentos, que horror!), el resultado fue un buen concierto de rock, en el que descubrimos a The Bottle Rocket, Desde luego, no son unas jóvenes promesas, pero si los comparas con la edad de los Rolling... bueno, todavía les queda mucha pana por cortar.



P.D.- Es triste comprobar como a un concierto gratis de una buena banda de rock van sólo unas 300 personas, estando segura de que un concierto de Bisbalito (o cualquier otro semejante), por el que hubiera que pagar una burrada, llenaría cualquier lugar.

P.D.2.- Estoy gratamente sorprendida de que la Universidad de Algeciras (bueno, la de Cádiz, pero en Algeciras) organice conciertos de esta índole.

P.D.3.- El bajista parecía, desde la distancia en la que nos encontrábamos, ser de otra generación, como el hijo del bajista muerto original, lo que es complicado pues los apellidos no concuerdan. Quizás sólo sea una de esas personas suertudas que aparentan 15 años menos de los que tienen, o quizás, simplemente, es que yo estaba demasiado lejos (muy lejos es imposible porque el salón de actos era bastante pequeño) y los focos me impedían verle las arrugas...